Ética platónica características
El conocimiento es sinónimo de virtud en la ética platónica; la ignorancia, en cambio, conduce al vicio. Existen valores universales y objetivos, como la Justicia y la Bondad, que son independientes de la opinión individual. Es la base de una vida buena y una sociedad próspera. La ética platónica nos invita a alejarnos de las apariencias y buscar la verdad eterna.
La templanza permite que la razón gobierne sobre los apetitos. Es un camino hacia el conocimiento y la virtud. La inmortalidad del alma es una creencia fundamental en la filosofía platónica. Se trata de cultivar la virtud a través del conocimiento y la razón. Estos valores son eternos e inmutables, y residen en el mundo de las Ideas.
Es fundamental para una vida virtuosa. La autorreflexión y el examen constante de la propia vida son esenciales.
La educación juega un papel fundamental en cultivar la razón y guiar a los individuos hacia la virtud. La prudencia guía a las otras virtudes, asegurando que se apliquen de manera justa y equilibrada. El mundo sensible que percibimos es solo una sombra imperfecta del mundo de las Ideas, donde reside la verdadera realidad.
Estos gobernantes guían a la sociedad hacia la virtud y la justicia. La política, para Platón, está intrínsecamente ligada a la ética. El alma, separada del cuerpo, regresa al mundo de las Ideas. La fortaleza nos impulsa a perseverar en el camino de la virtud. El objetivo final de la política es el bienestar común.
La templanza, otra virtud cardinal, implica el control de los deseos y las pasiones. Las Ideas de Justicia, Belleza y Bondad son los modelos perfectos que debemos aspirar a comprender. Un estado justo es aquel gobernado por filósofos reyes, quienes poseen el conocimiento del Bien.